La explosion del color, de la naturaleza y de las alergias. Un puente de paso entre el invierno y el verano. Agua, verde y cielos abriendose. La sangre altera. El segador se desespera.
Con la naturalidad del que se esconde, así dejamos de ver el Sol. Y artificialmente millones de soles nos iluminan. Sin fotosíntesis, pero al menos evitamos el tropezón en la oscuridad. Suerte que no somos plantas. Bueno, en mi presentación digo que a veces me siento un geranio...
El tiempo va y viene. Pero sobretodo, no se detiene. Olas de calor, olas de frío... y en el centro nuestro hipotálamo, regulando lo irregulable. ¿Alguien sabe dónde está el hipotálamo de La Tierra?